Pese
a los desencuentros actuales de Alan Moore con la industria de los
superhéroes, de la industria con él e incluso parece -a tenor de
las declaraciones de los últimos años- del mismo autor con el
propio género superheroico (airado enfrentamiento mutuo con los fans
incluido), hubo un tiempo en el que había una sinergia positiva
entre todos los actores de este complejo escenario. Recordemos que a
partir de los años 80 del pasado siglo, Moore participó de una
explosión cultural desde el cómic y, por supuesto, en buena parte
desde estos icónicos personajes.
Como
ya vimos en mi anterior texto sobre los “Superhéroes con
Sonidos Undergound” (Embryo – A.Moore en español nº
7), en realidad nunca el de Northampton fue fiel devoto de este
tipo de historias, y por tanto no son contradictorias las tesis que
actualmente defiende con las que empleaba entonces. Pero sí las
miraba desde su óptica examinadora y a veces un poco oscura que
consiguieron ese beneficio recíproco tan fructífero. En el presente
escrito, a través de una selección e imágenes, traducciones y
declaraciones, queremos congelar ese momento inicial en el que Moore
era un experto conocedor de los personajes y los cómics
superheroicos y todo lo que influenciaba a su alrededor para poder
observar cómo pudieron inspirarle, cómo nuestro autor pudo hacer
historia en el medio tan repentinamente, hablando de unas historias
en las que apenas había trabajado durante un breve periodo
formativo. Y al mismo tiempo, cómo el género superheroico supo
enriquecerse de estas frescas ideas que le aportaba un punto de vista
crítico sin dejar de sentir su esencia.
MARVELMAN
Nos
habla el propio Alan Moore sobre la importancia que esta obra tuvo
para él: “Si miramos atrás, sobre todo desde la perspectiva de
una generación que ha crecido en medio de un número casi infinito
de series de mutantes, cyborgs y policías terriblemente realistas,
resulta difícil encontrar algún atractivo en la primera edición de
las aventuras de Marvelman. Las historias eran simplistas, tanto en
el dibujo como en el guión, y para cualquiera que estuviera
familiarizado con las hazañas de la Fawcet Marvel Family original,
los personajes le parecerían deplorablemente repetitivos. Pero, en
1959, cuando yo tenía seis años, Marvelman fue mi primer y único
héroe con uniforme. Tal vez hubieran otros personajes británicos
considerados superhéroes... personajes como Dan Dare, el Steel Claw
y The Spider tenían seguramente todos los atributos necesarios...
pero Marvelman fue el primer y único superhumano en el reconocido
estilo americano hasta que la Marvel introdujo su producción
americana Captain Britain en nuestros quioscos a finales de los años
setenta. Evidentemente, tras un par de años ya había descubierto
mis primeros y contados ejemplares de Flash y Superman, de DC, y
abandoné por el momento mi escueta colección en blanco y negro de
Marvelman por las hazañas en cuatro colores de mis nuevos héroes
transatlánticos. […]
Al
haber sido seducido por las colecciones más atractivas que llegaban
de América, me alejé de Marvelman y no volví a descubrir el
personaje hasta que, de las estanterías de un quiosco, en la costa
de Great Yarmouth, siempre azotada por el viento, me cayó en las
manos un viejo y caducado especial anual de tapas duras. Era 1968 y
yo tenía quince años. Al girar las páginas del cadáver en blanco
y negro, lleno de historias e ilustraciones de aspecto tosco y
aficionado, y habiendo conocido las obras de Kirby, Ditko y Lee, me
sentí no obstante inundado por esa cálida ola de nostalgia que es
seguramente el principal factor que nos mantiene en vilo en este
mundo del cómic, sea cual sea la satisfacción intelectual que
logramos cosechar por otro lado.” (Declaraciones
en revista Warrior, 1982)
SUPERDUPERMAN
(Superestupendoman)
Obra
de Harvey Kurtzman y Wally Wood; revista MAD nº4, 1953.
“Recuerdo
quedar tan impactado por la historia de 'Superduperman' que
inmediatamente empecé a pensar -tenía 11 años, creo, así que esto
hubiera sido un cómic para mi puro divertimento personal- que quizás
yo podría hacer una parodia sobre Marvelman. Era una gran aventura
para mi mente de 11 años. Quería hacer una historia paródica sobre
superhéroes que fuera tan graciosa como 'Superduperman', pero
pensaba que saldría mejor si la hacía sobre un superhéroe inglés”.
(fragmento de entrevista a Alan Moore en 2001)
“Me
topé por primera vez con Mad (la revista) en 1961, a la temprana
edad de ocho años, y procedí a desconcertar y molestar a mis padres
preguntándoles por Jimmy Hoffa y haciendo lo que yo creía que eran
unas tremendamente sofisticadas observaciones satíricas sobre Fidel
Castro y Caroline Kennedy en la mesa de té, sólo para encontrarme a
continuación con la mirada perdida de la incomprensión y no pocas
alarmadas expresiones.
Algún
tiempo después, mientras disfrutaba de unas vacaciones típicamente
inglesas en la playa, me encontré por casualidad con un par de tomos
de bolsillo numerados de Mad con reimpresiones, el primero era "The
Bedside Mad", que (entre otras cosas) contenía el "Robinson
Crusoe" de Bill Elder. […] el humor era más divertido porque
poseía esa arista desconcertantemente más oscura. Ese fue el
momento en el que empecé a cultivar el gusto por la risa incómoda
que continuaría perfeccionando a lo largo de los siguientes años de
mi relación con la E.C. […] El siguiente hito fue mi
descubrimiento de los libros de bolsillo de Mad editados por
Ballantine, que al instante me parecieron diferentes y que estaban
más profundamente orientados al cómic […] contenían parodias de
Superman, Batman, Blackhawk, Tarzán... parodias de cosas que yo
podía entender, ¡de las que realmente cogía los chistes! […]
para las sátiras de super-héroes, que admitiré alegremente que
posiblemente hayan sido la influencia más grande que he tenido
mientras mis propias ideas respecto a dicho género se estaban
formando. Después de poder ver la demanda contra Fawcett por parte
de DC picarescamente reflejada en la batalla entre Superduperman y el
Capitán Marbles, después de haber visto el resultado demasiado
realista del casamiento de "Woman Wonder" con su amor;
después de haber observado el absurdo fundamental que suponen los
super-héroes, expuestos de forma tan despiadada e hilarante, nunca
podría volver a verlos de la misma forma. Aunque estoy seguro de que
el material de Terror, Ciencia Ficción y Suspense de los títulos de
la E.C. (que encontraría más tarde), tuvo una mayor influencia
estilística sobre mi propio trabajo en el cómic, creo que las
sensibilidades reales que hay detrás de algunos de los recursos
estilísticos que puedo haber tomado prestados provienen directamente
del caldero hirviente de los cómics de Mad. “ (Blab!
Nº 2, 1987
)
PERSONAJES
BRITÁNICOS
“Los
personajes británicos de los cómics que recordaba que leía cuando
era niño, eran en su mayoría unos sociópatas. Miras a los héroes
americanos y eso es lo que son, héroes. No sé si será algo que
tiene que ver con Robin Hood o con Hereward o con Dick Turpin o con
todas esas otras personas completamente desagradables que hemos
tenido en nuestra cultura. Nos encantan los galanes pícaros y
también los asesinos, los psicópatas y las parodias horribles del
ser humano.” (Chain Reaction. Radio BBC, 2005)
STAN
LEE Y JACK KIRBY
“Quizás
debería explicar exactamente lo que me dejó totalmente impresionado
de este tercer número de los Cuatro Fantásticos. Después de todo,
cuando apareció el primer número la mayoría de vosotros tan sólo
erais un montón de genes y cromosomas aleatorios que se
encontraban dando vueltas buscando cómo existir. Por encima de todo,
os habéis hecho mayores en un mundo en el que existe una franja en
la que se pueden elegir entre unos cuarenta títulos de superhéroes
al mes. Dudo que puedas imaginarte el enorme impacto que este cómic
solitario pudo causar allá, en los yermos terrenos de la historieta
de 1961, o en la fecha que fuese en la que ocurrió esto que relato.
Especialmente para alguien que la única exposición a los
superhéroes que había sufrido había sido el claro y limpio
habitáculo de héroes de mandíbula cuadrada de DC.
La
cosa más inmediatamente perceptible resultó ser la absoluta
extrañeza del dibujo de Kirby. Tenía una cualidad escarpada, una
textura que casi era desagradable a unos ojos acostumbrados a las
gráciles figuras dibujadas por Carmine Infantino o al suave
entintado de Murphy Anderson. Dicho esto, mi gusto por su dibujo
creció rápidamente dentro de mí. […]
Lo
que era especial era la caracterización de personajes... la forma en
la que hablaban, pensaban y se comportaban. […] Para alguien al que
le han salido los dientes con la aséptica amabilidad de la Liga de
la Justicia de América, era algo que resultaba embriagador. […]
Con Ben Grimm sabías que en cualquier momento podría arrancar los
brazos y piernas de alguien sin otra razón mejor que porque sus
cereales habían quedado empapados antes de hacer su aparición para
el desayuno.[...]
Naturalmente,
no todos los guiones eran igual de buenos, aunque si alguien me
hubiera dicho algo parecido en aquella época, le habría roto la
espina dorsal y se la habría enseñado. Al igual que la mayoría de
los lectores de la época, me convertí en una persona con el cerebro
absolutamente lavado debido al rugido excesivo y enorme de la máquina
publicitaria de Marvel. […] Probablemente, lo más notable que
logró hacer Stan Lee fue lograr aferrar a su público, con un rango
de edad mucho más alto al que usualmente estaban asociados los
lectores de cómics de la época. Y lo hizo mediante la aplicación
constante del cambio, la modificación y el desarrollo. A ninguno de
los títulos le estaba permitido permanecer estático durante mucho
tiempo. […] Créeme, cuando la gente de mi edad narra líricamente
el sentido de la maravilla que podía encontrarse en esos cómics
antiguos, saben de lo que están hablando. Era de ese tipo de cosas
que sólo se ven una vez en la vida. El tipo de conceptos que te
dejan el cerebro achicharrado y que hace que te preguntes cuánto
tiempo lograrían mantener Lee y sus colegas del Bullpen el mismo
ritmo y estilo.” (Daredevils Magazine nº 3-4, 1983)
EXTERNOS
AL CÓMIC
El
guionista escocés Grant Morrison publicó en la revista Speakeasy en
julio de 1990 un artículo en el que daba a entender que el tipo de
superhéroes que había creado Moore estaban copiados de una novela
de Robert Mayer titulada Superfolks
(1977): “Trata de un hombre de mediana edad que en el pasado fue un
superhéroe como Superman. Se produce una extraña conspiración
entre varias compañías gubernamentales involucradas con extraños
nombres. Se traza un plan para matar al Superman y liberar al mundo
horrores desconocidos. Hay otro personaje de mediana edad en un asilo
que ha prometido no volver a pronunciar nunca la palabra mágica que
lo transforma en Captain Mantra. Hay un Captain Mantra Junior
diabólico y corrupto y un montón de otras cosas sobre cómo sería
si los superhéroes fueran reales verdaderamente. Al final, resulta
que el villano es un pequeño demonio de la quinta dimensión llamado
Pxyzsyzgy que ha decidido ser totalmente malvado en lugar de travieso
[…] Dejadme que os diga, es un libro que no puedo más que
describir como visionario, y también debéis creerme cuando digo que
de él saldría un gran cómic. O incluso quizás tres grandes
cómics”. Todo el mundo interpretó a quién se refería y a qué
trabajos: Miracleman,
Swamp
Thing y
Watchmen.
Además, Morrison se apoyaba en una cita del libro de Mayer plagiada
directamente en una página de Miracleman
(que
se demostró posteriormente que no era de autoría de Moore, sino que
fue un añadido de la editorial americana Eclipse a esta obra).
Mayer también confirmará posteriormente que se siente copiado, y
dice que Moore nunca le ha hecho ningún tipo de agradecimiento.
Alan
Moore respondió mucho tiempo después, a raíz de una pregunta de
Pádraig Ó Méalóid para una entrevista de 2011:
“ Ó
MÉALÓID: Quería preguntarte por el tema de Superfolks.
Durante una época Grant Morrison estuvo dando a entender que tú
habías leído Superfolks y que habías basado en ella tu producción
completa.
MOORE:
Bueno, he leído Superfolks. Y sé que Grant Morrison, me
parece que cuando intentaba hacerse un nombre escribiendo mal sobre
mí, sé que había dado a entender eso. Pero de ninguna manera fue
ésa la única influencia, ni siquiera la mayor influencia sobre mi
producción. […] Ni siquiera logro recordar cuándo la leí.
Probablemente podría haber sido antes de que escribiera Marvelman,
y habría tenido el mismo tipo de influencia sobre mí que el mucho
más anterior -probablemente un poco anterior como para que Morrison
hubiera dado con él- poema de Brian Patten '¿Dónde estás
ahora, Batman?', que se incluía en la antología Penguin Mersey
Poets de los años 60, y en él, con un tono elegíaco, hablaba de
esos antiguos héroes pasando apuros, mirando hacia atrás a sus días
mejores en el pasado , eso me influyó. También te diría que el
Superduperman de Harvey Kurtzman probablemente fue mi
influencia preliminar, aunque sí que recuerdo Superfolks y
que encontré algunos puntos en él de ese estilo. También recuerdo
que leí The Kryptonite Kid de Joseph Torchia por aquella
época. Me pareció bastante emotivo. […] Lo que me refiero es que
fue una entre un número de influencias que pudieron haber tenido
algún influjo en la cualidad elegíaca de Marvelman.”
EL
UNO
Concluimos
este reportaje con las palabras que Alan Moore le dedicó a la obra
The
One
(El
Uno)
de su admirado autor y colaborador Rick Veitch en la aventura
americana, y que muestran cómo nuestro mago de Northampton también
estaba atento a lo que sucedía alrededor de su presente: “Sus
superhéroes revisionistas, aunque concebidos aproximadamente al
mismo tiempo, anteceden a Watchmen
y
El
Regreso del Señor de la Noche
en su publicación, así como en su presentación. Sus preocupaciones
políticas y humanistas fueron expresadas antes de que tales
opiniones estuvieran de moda.”
ANEXO: The Mersey Sound. Libro con una antología de poetas de Liverpool. Brian Patten inluyó en él el poema Where Are You Now, Batman?
¿DÓNDE
ESTÁS AHORA, BATMAN?
¿Dónde
estás ahora, Batman? Ahora que tía Heriot ha informado de la
desaparición de Robin
¿Y
que Superman se ha quedado dormido en los asientos de seis peniques
de la infancia?
Dónde
estás ahora que los ecos del ¡SHAZAM! del Capitán Marvel resuenan
en el auditorio,
Los
magos no lo oyen,
deben
estar todos sordos... o difuntos...
El
Monstruo Púrpura que vino del Planeta Púrpura disfrazado de hombre
vaga
sin rumbo por las calles
sin
forma de volver.
Sir
Galahad ha sido estrangulado por los Increíbles Árboles Vivientes,
el
Zorro asesinado por su propia espada.
Blackhawk
ha enterrado al último de sus compañeros
y
se ha marchado a suicidarse a los desacostumbrados Hangares de la
Inocencia.
El
Monstruo y el Simio aún pelean en una habitación
donde
las paredes se van acercando continuamente;
los
tanques de fuel de Rocketman se han repartido por todo Londres.
Incluso
se ha perdido Flash Gordon, vagando por las estrellas
llorando
por la mujer que él amó
hace
7 universos.
Mis
compañeros del celuloide, hace sólo unos pocos años
que
os conocí. Algo entre nosotros se ha marchitado.
El
Terrorífico Demonio, ese Horrible Adversario,
el
Señor Anciano, te ha atrapado en su trampa mortal,
y
finalmente ha venido a acabar contigo,
su
ametralladora desparramando años...
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