18 abr 2016

REFERENTES SUPERHEROICOS EN EL MOORE DE LOS 80


Pese a los desencuentros actuales de Alan Moore con la industria de los superhéroes, de la industria con él e incluso parece -a tenor de las declaraciones de los últimos años- del mismo autor con el propio género superheroico (airado enfrentamiento mutuo con los fans incluido), hubo un tiempo en el que había una sinergia positiva entre todos los actores de este complejo escenario. Recordemos que a partir de los años 80 del pasado siglo, Moore participó de una explosión cultural desde el cómic y, por supuesto, en buena parte desde estos icónicos personajes.


Como ya vimos en mi anterior texto sobre los “Superhéroes con Sonidos Undergound” (Embryo – A.Moore en español nº 7), en realidad nunca el de Northampton fue fiel devoto de este tipo de historias, y por tanto no son contradictorias las tesis que actualmente defiende con las que empleaba entonces. Pero sí las miraba desde su óptica examinadora y a veces un poco oscura que consiguieron ese beneficio recíproco tan fructífero. En el presente escrito, a través de una selección e imágenes, traducciones y declaraciones, queremos congelar ese momento inicial en el que Moore era un experto conocedor de los personajes y los cómics superheroicos y todo lo que influenciaba a su alrededor para poder observar cómo pudieron inspirarle, cómo nuestro autor pudo hacer historia en el medio tan repentinamente, hablando de unas historias en las que apenas había trabajado durante un breve periodo formativo. Y al mismo tiempo, cómo el género superheroico supo enriquecerse de estas frescas ideas que le aportaba un punto de vista crítico sin dejar de sentir su esencia.
 
MARVELMAN
Nos habla el propio Alan Moore sobre la importancia que esta obra tuvo para él: “Si miramos atrás, sobre todo desde la perspectiva de una generación que ha crecido en medio de un número casi infinito de series de mutantes, cyborgs y policías terriblemente realistas, resulta difícil encontrar algún atractivo en la primera edición de las aventuras de Marvelman. Las historias eran simplistas, tanto en el dibujo como en el guión, y para cualquiera que estuviera familiarizado con las hazañas de la Fawcet Marvel Family original, los personajes le parecerían deplorablemente repetitivos. Pero, en 1959, cuando yo tenía seis años, Marvelman fue mi primer y único héroe con uniforme. Tal vez hubieran otros personajes británicos considerados superhéroes... personajes como Dan Dare, el Steel Claw y The Spider tenían seguramente todos los atributos necesarios... pero Marvelman fue el primer y único superhumano en el reconocido estilo americano hasta que la Marvel introdujo su producción americana Captain Britain en nuestros quioscos a finales de los años setenta. Evidentemente, tras un par de años ya había descubierto mis primeros y contados ejemplares de Flash y Superman, de DC, y abandoné por el momento mi escueta colección en blanco y negro de Marvelman por las hazañas en cuatro colores de mis nuevos héroes transatlánticos. […]
Al haber sido seducido por las colecciones más atractivas que llegaban de América, me alejé de Marvelman y no volví a descubrir el personaje hasta que, de las estanterías de un quiosco, en la costa de Great Yarmouth, siempre azotada por el viento, me cayó en las manos un viejo y caducado especial anual de tapas duras. Era 1968 y yo tenía quince años. Al girar las páginas del cadáver en blanco y negro, lleno de historias e ilustraciones de aspecto tosco y aficionado, y habiendo conocido las obras de Kirby, Ditko y Lee, me sentí no obstante inundado por esa cálida ola de nostalgia que es seguramente el principal factor que nos mantiene en vilo en este mundo del cómic, sea cual sea la satisfacción intelectual que logramos cosechar por otro lado.” (Declaraciones en revista Warrior, 1982)

SUPERDUPERMAN (Superestupendoman)
Obra de Harvey Kurtzman y Wally Wood; revista MAD nº4, 1953.
Recuerdo quedar tan impactado por la historia de 'Superduperman' que inmediatamente empecé a pensar -tenía 11 años, creo, así que esto hubiera sido un cómic para mi puro divertimento personal- que quizás yo podría hacer una parodia sobre Marvelman. Era una gran aventura para mi mente de 11 años. Quería hacer una historia paródica sobre superhéroes que fuera tan graciosa como 'Superduperman', pero pensaba que saldría mejor si la hacía sobre un superhéroe inglés”. (fragmento de entrevista a Alan Moore en 2001)


Me topé por primera vez con Mad (la revista) en 1961, a la temprana edad de ocho años, y procedí a desconcertar y molestar a mis padres preguntándoles por Jimmy Hoffa y haciendo lo que yo creía que eran unas tremendamente sofisticadas observaciones satíricas sobre Fidel Castro y Caroline Kennedy en la mesa de té, sólo para encontrarme a continuación con la mirada perdida de la incomprensión y no pocas alarmadas expresiones.
Algún tiempo después, mientras disfrutaba de unas vacaciones típicamente inglesas en la playa, me encontré por casualidad con un par de tomos de bolsillo numerados de Mad con reimpresiones, el primero era "The Bedside Mad", que (entre otras cosas) contenía el "Robinson Crusoe" de Bill Elder. […] el humor era más divertido porque poseía esa arista desconcertantemente más oscura. Ese fue el momento en el que empecé a cultivar el gusto por la risa incómoda que continuaría perfeccionando a lo largo de los siguientes años de mi relación con la E.C. […] El siguiente hito fue mi descubrimiento de los libros de bolsillo de Mad editados por Ballantine, que al instante me parecieron diferentes y que estaban más profundamente orientados al cómic […] contenían parodias de Superman, Batman, Blackhawk, Tarzán... parodias de cosas que yo podía entender, ¡de las que realmente cogía los chistes! […] para las sátiras de super-héroes, que admitiré alegremente que posiblemente hayan sido la influencia más grande que he tenido mientras mis propias ideas respecto a dicho género se estaban formando. Después de poder ver la demanda contra Fawcett por parte de DC picarescamente reflejada en la batalla entre Superduperman y el Capitán Marbles, después de haber visto el resultado demasiado realista del casamiento de "Woman Wonder" con su amor; después de haber observado el absurdo fundamental que suponen los super-héroes, expuestos de forma tan despiadada e hilarante, nunca podría volver a verlos de la misma forma. Aunque estoy seguro de que el material de Terror, Ciencia Ficción y Suspense de los títulos de la E.C. (que encontraría más tarde), tuvo una mayor influencia estilística sobre mi propio trabajo en el cómic, creo que las sensibilidades reales que hay detrás de algunos de los recursos estilísticos que puedo haber tomado prestados provienen directamente del caldero hirviente de los cómics de Mad. “ (Blab! Nº 2, 1987 )


PERSONAJES BRITÁNICOS
Los personajes británicos de los cómics que recordaba que leía cuando era niño, eran en su mayoría unos sociópatas. Miras a los héroes americanos y eso es lo que son, héroes. No sé si será algo que tiene que ver con Robin Hood o con Hereward o con Dick Turpin o con todas esas otras personas completamente desagradables que hemos tenido en nuestra cultura. Nos encantan los galanes pícaros y también los asesinos, los psicópatas y las parodias horribles del ser humano.” (Chain Reaction. Radio BBC, 2005)

 
STAN LEE Y JACK KIRBY
Quizás debería explicar exactamente lo que me dejó totalmente impresionado de este tercer número de los Cuatro Fantásticos. Después de todo, cuando apareció el primer número la mayoría de vosotros tan sólo erais un montón de genes y cromosomas aleatorios que se encontraban dando vueltas buscando cómo existir. Por encima de todo, os habéis hecho mayores en un mundo en el que existe una franja en la que se pueden elegir entre unos cuarenta títulos de superhéroes al mes. Dudo que puedas imaginarte el enorme impacto que este cómic solitario pudo causar allá, en los yermos terrenos de la historieta de 1961, o en la fecha que fuese en la que ocurrió esto que relato. Especialmente para alguien que la única exposición a los superhéroes que había sufrido había sido el claro y limpio habitáculo de héroes de mandíbula cuadrada de DC.
La cosa más inmediatamente perceptible resultó ser la absoluta extrañeza del dibujo de Kirby. Tenía una cualidad escarpada, una textura que casi era desagradable a unos ojos acostumbrados a las gráciles figuras dibujadas por Carmine Infantino o al suave entintado de Murphy Anderson. Dicho esto, mi gusto por su dibujo creció rápidamente dentro de mí. […]
Lo que era especial era la caracterización de personajes... la forma en la que hablaban, pensaban y se comportaban. […] Para alguien al que le han salido los dientes con la aséptica amabilidad de la Liga de la Justicia de América, era algo que resultaba embriagador. […] Con Ben Grimm sabías que en cualquier momento podría arrancar los brazos y piernas de alguien sin otra razón mejor que porque sus cereales habían quedado empapados antes de hacer su aparición para el desayuno.[...]
Naturalmente, no todos los guiones eran igual de buenos, aunque si alguien me hubiera dicho algo parecido en aquella época, le habría roto la espina dorsal y se la habría enseñado. Al igual que la mayoría de los lectores de la época, me convertí en una persona con el cerebro absolutamente lavado debido al rugido excesivo y enorme de la máquina publicitaria de Marvel. […] Probablemente, lo más notable que logró hacer Stan Lee fue lograr aferrar a su público, con un rango de edad mucho más alto al que usualmente estaban asociados los lectores de cómics de la época. Y lo hizo mediante la aplicación constante del cambio, la modificación y el desarrollo. A ninguno de los títulos le estaba permitido permanecer estático durante mucho tiempo. […] Créeme, cuando la gente de mi edad narra líricamente el sentido de la maravilla que podía encontrarse en esos cómics antiguos, saben de lo que están hablando. Era de ese tipo de cosas que sólo se ven una vez en la vida. El tipo de conceptos que te dejan el cerebro achicharrado y que hace que te preguntes cuánto tiempo lograrían mantener Lee y sus colegas del Bullpen el mismo ritmo y estilo.” (Daredevils Magazine nº 3-4, 1983)

 
EXTERNOS AL CÓMIC
El guionista escocés Grant Morrison publicó en la revista Speakeasy en julio de 1990 un artículo en el que daba a entender que el tipo de superhéroes que había creado Moore estaban copiados de una novela de Robert Mayer titulada Superfolks (1977): “Trata de un hombre de mediana edad que en el pasado fue un superhéroe como Superman. Se produce una extraña conspiración entre varias compañías gubernamentales involucradas con extraños nombres. Se traza un plan para matar al Superman y liberar al mundo horrores desconocidos. Hay otro personaje de mediana edad en un asilo que ha prometido no volver a pronunciar nunca la palabra mágica que lo transforma en Captain Mantra. Hay un Captain Mantra Junior diabólico y corrupto y un montón de otras cosas sobre cómo sería si los superhéroes fueran reales verdaderamente. Al final, resulta que el villano es un pequeño demonio de la quinta dimensión llamado Pxyzsyzgy que ha decidido ser totalmente malvado en lugar de travieso […] Dejadme que os diga, es un libro que no puedo más que describir como visionario, y también debéis creerme cuando digo que de él saldría un gran cómic. O incluso quizás tres grandes cómics”. Todo el mundo interpretó a quién se refería y a qué trabajos: Miracleman, Swamp Thing y Watchmen. Además, Morrison se apoyaba en una cita del libro de Mayer plagiada directamente en una página de Miracleman (que se demostró posteriormente que no era de autoría de Moore, sino que fue un añadido de la editorial americana Eclipse a esta obra). Mayer también confirmará posteriormente que se siente copiado, y dice que Moore nunca le ha hecho ningún tipo de agradecimiento.

 
Alan Moore respondió mucho tiempo después, a raíz de una pregunta de Pádraig Ó Méalóid para una entrevista de 2011:
Ó MÉALÓID: Quería preguntarte por el tema de Superfolks. Durante una época Grant Morrison estuvo dando a entender que tú habías leído Superfolks y que habías basado en ella tu producción completa.
MOORE: Bueno, he leído Superfolks. Y sé que Grant Morrison, me parece que cuando intentaba hacerse un nombre escribiendo mal sobre mí, sé que había dado a entender eso. Pero de ninguna manera fue ésa la única influencia, ni siquiera la mayor influencia sobre mi producción. […] Ni siquiera logro recordar cuándo la leí. Probablemente podría haber sido antes de que escribiera Marvelman, y habría tenido el mismo tipo de influencia sobre mí que el mucho más anterior -probablemente un poco anterior como para que Morrison hubiera dado con él- poema de Brian Patten '¿Dónde estás ahora, Batman?', que se incluía en la antología Penguin Mersey Poets de los años 60, y en él, con un tono elegíaco, hablaba de esos antiguos héroes pasando apuros, mirando hacia atrás a sus días mejores en el pasado , eso me influyó. También te diría que el Superduperman de Harvey Kurtzman probablemente fue mi influencia preliminar, aunque sí que recuerdo Superfolks y que encontré algunos puntos en él de ese estilo. También recuerdo que leí The Kryptonite Kid de Joseph Torchia por aquella época. Me pareció bastante emotivo. […] Lo que me refiero es que fue una entre un número de influencias que pudieron haber tenido algún influjo en la cualidad elegíaca de Marvelman.

 
EL UNO
Concluimos este reportaje con las palabras que Alan Moore le dedicó a la obra The One (El Uno) de su admirado autor y colaborador Rick Veitch en la aventura americana, y que muestran cómo nuestro mago de Northampton también estaba atento a lo que sucedía alrededor de su presente: “Sus superhéroes revisionistas, aunque concebidos aproximadamente al mismo tiempo, anteceden a Watchmen y El Regreso del Señor de la Noche en su publicación, así como en su presentación. Sus preocupaciones políticas y humanistas fueron expresadas antes de que tales opiniones estuvieran de moda.”

ANEXO: The Mersey Sound. Libro con una antología de poetas de Liverpool. Brian Patten inluyó en él el poema Where Are You Now, Batman?
¿DÓNDE ESTÁS AHORA, BATMAN?


¿Dónde estás ahora, Batman? Ahora que tía Heriot ha informado de la desaparición de Robin
¿Y que Superman se ha quedado dormido en los asientos de seis peniques de la infancia?
Dónde estás ahora que los ecos del ¡SHAZAM! del Capitán Marvel resuenan en el auditorio,
Los magos no lo oyen,
deben estar todos sordos... o difuntos...
El Monstruo Púrpura que vino del Planeta Púrpura disfrazado de hombre
vaga sin rumbo por las calles
sin forma de volver.
Sir Galahad ha sido estrangulado por los Increíbles Árboles Vivientes,
el Zorro asesinado por su propia espada.
Blackhawk ha enterrado al último de sus compañeros
y se ha marchado a suicidarse a los desacostumbrados Hangares de la Inocencia.
El Monstruo y el Simio aún pelean en una habitación
donde las paredes se van acercando continuamente;
los tanques de fuel de Rocketman se han repartido por todo Londres.
Incluso se ha perdido Flash Gordon, vagando por las estrellas
llorando por la mujer que él amó
hace 7 universos.
Mis compañeros del celuloide, hace sólo unos pocos años
que os conocí. Algo entre nosotros se ha marchitado.
El Terrorífico Demonio, ese Horrible Adversario,
el Señor Anciano, te ha atrapado en su trampa mortal,
y finalmente ha venido a acabar contigo,
su ametralladora desparramando años...

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